ANITA BERMÚDEZ, ECOALDEANA DE ALDEA FELIZ, nos comparte aquí algunos consejos fundamentales para conseguir una buena armonía comunitaria. Gracias a ella, y a ustedes por su atención.
LOS CUATRO ACUERDOS:
“El pensamiento más Elevado es siempre aquel que encierra alegría;
Las Palabras más Claras son aquellas que encierran verdad;
El sentimiento más Grandioso es el llamado Amor...
Alegría, Verdad, Amor... Los tres son intercambiables,
Y cada uno lleva siempre a los otros...”
Neale Donald Walsch: Conversaciones con Dios I. Pág. 18-19
“Los Cuatro Acuerdos” de Miguel Ruiz, un hermoso texto de sabiduría tolteca, resulta ser una gran guía cuando de encontrarnos en verdades esenciales se trata. Este texto comienza recordándonos que somos “seres hechos de luz”, manifestaciones del Gran Creador, que con frecuencia olvidamos nuestra verdadera naturaleza y con ella, el poder de vernos reflejados en el mundo que vivimos. Y de allí desprende los siguientes acuerdos:
El primer Acuerdo, “Se impecable con tus palabras”, alude al no juzgar, culpar ni criticar, bajo la conciencia del poder creador que cada palabra pronunciada tiene, primero para consigo mismo y en consecuencia, para con todo lo demás. Es comprender la verdad y el amor en la palabra como energías de gran poder que reflejan el amor por sí mismo.
El segundo Acuerdo, “No te tomes nada personalmente”, es tal vez el más poderoso para resolver conflictos interpersonales. Si comprendo que lo que veo en otro es un reflejo de mí, que parte de mi propia percepción y experiencia, encuentro la forma de resolver las dificultades a través de confrontar mi propia realidad y percepción, y, desde ahí, el otro sigue en la libertad de ser él mismo y yo de elegir mi reacción ante lo que se despierta en mí. Vemos en el otro lo que somos, vibramos con aquello con lo que nos identificamos - como cuando dos cuerdas resuenan al hacer sonar una de ellas porque están en el mismo tono - … nuestras emociones también se despiertan porque nos identificamos con ellas, no porque el otro lo provoque así. Con esta claridad, antes de entrar a irrumpir en la libertad del otro al querer cambiarlo, soy capaz de trabajar sobre mi reacción y ver las relaciones como oportunidades para vernos a nosotros mismos.
El tercer Acuerdo, “no hagas suposiciones”, nos abre a la importancia de encontrar la verdad antes de darle rienda suelta a la mente para imaginar y asumir. Siempre preguntar, averiguar más, es conveniente si se quiere llegar a la verdad. Además de lo presentado en este texto, se sabe que el cerebro llega a considerar tan verdadero aquello que ve como lo que se imagina… o supone… ¡cuántas prevenciones nacen de lo que creemos que pasa, y no de lo que realmente sucede!
Y el cuarto Acuerdo, “haz siempre lo máximo que puedas” –y reconocer que cada quien hace lo mejor que puede- nos recuerda que somos limitados, que el error es natural en el proceso de aprendizaje; que podemos contrarrestar culpas y juicios al vernos como humanos en crecimiento aportando a procesos de crecimiento tanto con nuestros talentos y posibilidades como con nuestras graciosas torpezas y bloqueos. Este también invita a vivir intensamente!
Como lo enuncia el texto, “los Cuatro Acuerdos son un resumen de la maestría de la transformación, una de las maestrías de los toltecas. Para mantenerlos necesitas una voluntad muy fuerte [...] porque vayamos donde vayamos descubrimos que nuestro camino está lleno de obstáculos. El objetivo del guerrero es trascender este mundo, escapar de este infierno y no regresar jamás a él.”
Saludos Villamagos!!! Pronto nos conoceremos, aunque desde el corazón ya los siento cerca!!!
Aldeafeliz – San Francisco de Sales, Cundinamarca
la más grandiosa oportunidad en la vida
- en realidad, la única oportunidad - de crear y producir
la experiencia de tu más elevado concepto de ti mismo.
Las relaciones fracasan cuando las consideras
la más grandiosa oportunidad de crear y producir
la experiencia de tu más elevado concepto de otro.
Si dejas que, en una relación con otra persona,
cada uno se preocupe de Sí mismo:
de lo que Uno mismo es, hace y tiene;
de lo que Uno mismo quiere, pide, obtiene;
de lo que Uno mismo busca, crea, experimenta. ..
todas las relaciones servirán magníficamente a este propósito,
y a quienes participen en ellas.
Deja que, en la relación con otra persona,
cada uno se preocupe, no del otro,
sino sólo y únicamente de Sí mismo".
"El Maestro entiende que no importa lo que
el otro sea, haga, tenga, diga, quiera o pida.
No importa lo que el otro piense, espere o planee.
Sólo importa lo que tú hagas en relación con ello.
La persona que más ama
es la persona que está más centrada en Sí misma".
Neil D. Walsch, "Conversaciones con Dios", tomo 1.
Mientras Sócrates meditaba, un discípulo se acercó diciéndole:
"Maestro, quiero contarle algo:
un amigo suyo habló de usted con malevolencia".
El inmortal filósofo ateniense lo interrumpe preguntando:
¿Ya hiciste pasar por las tres barreras lo que me vas a contar?
La primera de ellas es la verdad:
¿ya examinaste si lo que quieres decirme es verdadero
en todos sus puntos?
El sorprendido discípulo contestó:
"No, lo he oído decir a unos vecinos".
Sócrates replicó:
"al menos habrás hecho pasar por la barrera de la bondad;
lo que me quieres contar ¿Es bueno por lo menos?
El discípulo dijo "No, en realidad es todo lo contrario".
Ahhh... interrumpió Sócrates
"Entonces, vamos a la tercera barrera:
¿Es necesario que me cuentes eso?
"Para ser sincero no, necesario no es", dijo el intrigante.
Entonces Sócrates le respondió:
"Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario...
no merece ser conocido por nadie, sepultémoslo en el olvido".